Acabado superficial
Las rejillas de MEISER se distinguen por su longevidad y su alta calidad. Éstas dependen de forma decisiva de un tratamiento de superficie adecuado. Ofrecemos a nuestros clientes numerosas posibilidades a este respecto, con un enfoque en el aspecto funcional o bien en el estético. Para la elección del tratamiento de superficie existen diversos factores determinantes: las exigencias personales del cliente, el presupuesto y el tema de la protección contra la corrosión.
Galvanizado al fuego
Las rejillas de acero de MEISER se someten por lo general a un galvanizado al fuego. En nuestra nueva planta, que pusimos en marcha en 2011, esto se lleva a cabo conforme a las disposiciones de la norma DIN EN ISO 1461. Las técnicas medioambientales y de galvanización más modernas garantizan una protección contra la corrosión durante muchos años, capaz de resistir sin problemas un desgaste mecánico y químico habitual.
Revestimiento plástico
Si desea diseñar sus rejillas en color, el revestimiento plástico resulta la solución más asequible y duradera. En este procedimiento, se procede en primer lugar a desengrasar, decapar y fosfatar con cinc las rejillas en baños de inmersión. A continuación, el esmalte plástico se aplica electrostáticamente y seguidamente se endurece a aprox. 180°C. El revestimiento de color de acero galvanizado al fuego de MEISER ofrece una protec-ción contra la corrosión especialmente duradera, que consiste en un galvanizado al fuego seguido de un esmaltado plástico. El revestimiento plástico está disponible en todos los colores RAL imaginables, con distintos grados de brillo y estructuras de superficie. Además, podemos realizar los grosores de capa necesarios, desde C1 hasta C5-M, para cualquier finalidad de uso.
Decapado (acero inoxidable)
Las rejillas de acero inoxidable de MEISER por lo general se decapan una vez producidas, ya que debido a la soldadura durante la fabricación se producen decoloraciones y escoria, que por otra parte constituyen puntos de penetración potenciales para la corrosión. En el procedimiento de decapado, las rejillas se sumergen en un baño de decapado, mediante el cual se obtiene una superficie metálica limpia y al mismo tiempo protegida.
Pulido electroquímico (acero inoxidable)
El procedimiento de pulido electroquímico es una inversión del proceso de galvanización. Bajo el efecto de una corriente continua, en un electrólito se retira el metal de la superficie de la pieza de trabajo con carga anódica. Como resultado se consiguen superficies lisas y relucientes que presentan una elevada resistencia a la corrosión y cuya limpieza resulta óptima.
Chorreado con perlas de vidrio
Usando perlas de vidrio a modo de abrasivo se mejora el pulido de las rejillas de acero al cromo y aluminio de MEISER. Se crean con precisión superficies mate o con un brillo sedoso mediante la técnica de chorreado y se ocultan las imperfecciones de superficie en el material. El efecto mate con brillo sedoso originado se mantiene de forma duradera. La superficie se limpia de cuerpos extraños adheridos y se estabiliza aún más, gracias a lo cual es posible prolongar la durabilidad.
Anodizado (aluminio)
Las rejillas de aluminio de MEISER se anodizan de forma estándar para evitar la oxidación. En el procedimiento de anodizado del aluminio, que por lo general tiene lugar en un baño de inmersión, el material es desengrasado y decapado en primer lugar, antes de proceder al anodizado propiamente dicho. Para ello se emplea el procedimiento químico de la electrólisis, en el que se genera una capa protectora oxídica sobre el aluminio. Es posible cambiar el color de la capa, en caso de que no se desee conservar el tono de aluminio natural.
Deposición electroforética (EPD)
El revestimiento EPD es una buena combinación de protección contra la corrosión, calidad, rentabilidad y respeto al medio ambiente. Protección contra la corrosión que ofrece una buena resistencia contra el desgaste mecánico y químico. El principio físico subyacente al revestimiento electroforético consiste en la polarización de los materiales con una carga opuesta, con lo que se obtiene una adherencia excelente. Antes del proceso de revestimiento se aplica una tensión continua a la pieza de trabajo, que acto seguido se sumerge en un baño de esmal-tado con partículas de esmalte con carga opuesta. Para lograr un revestimiento con la máxima resistencia, la película de esmalte se endurece a continuación a unos 180 grados Celsius en un horno de endurecimiento. Son posibles distintos grosores de capa, sin embargo la variedad de colores es limitada.